PRIMER MANDAMIENTO:
Es presupuesto indispensable la existencia de un organismo central, de reflexión y coordinación, dando ocasión de trabajar juntos a todos aquéllos que, a título personal o por pertenecer a una obra o servicio de carácter social permanente, se sienten atraídos por la búsqueda de una solución al problema del aburrimiento de los mayores o al deseo de su eficacia. De esta forma podremos llegar a una fórmula de Organización que permita ofrecer a aquéllos, que de forma voluntaria, deseen aportar sus conocimientos a las nuevas generaciones, la conversión en maestros empleados de una nueva realidad social.

SEGUNDO MANDAMIENTO:
La mezcla de las edades es una necesidad absoluta. Puede ser episódica o periódica, pero se impone como un elemento de vida. El intercambio de experiencias en clubs de ancianos, residencias, centros de día, etc, donde los jóvenes conozcan en profundidad las enseñanzas aprendidas por experiencia de las personas mayores.

TERCER MANDAMIENTO:
Cada uno debe permanecer en su marco de vida: el ciudadano en
la ciudad, el campesino en su pueblo. Para muchos, el retiro significa paz, silencio, alejamiento del mundo, pero esta forma de retiro resulta insufrible por su aburrimiento y soledad. Las fórmulas de residencias, aunque útiles, no son ni mucho menos la panacea universal.

CUARTO MANDAMIENTO:
La dedicación a una actividad es indispensable para la conservación de la salud física v mental: ejercicios físicos, trabajos intelectuales o manuales, participación en las responsabilidades de la vida social.

QUINTO MANDAMIENTO:
El compromiso y la participación de las personas ancianas deben considerarse como la base de la organización gerontológica del mañana.

SEXTO MANDAMIENTO:
Cuando se ha elegido una solución colectiva para aquellas personas a las que su vivienda individual resulta incompatible con las condiciones fisiológicas, sicológicas y económicas que engendra el envejecimiento, debe garantizarse el mantenimiento del marco de vida, incluso cuando sobreviene una enfermedad o un impedimento.

SÉPTIMO MANDAMIENTO:
Los servicios de geriatría se imponen como un servicio de reinserción social.

OCTAVO MANDAMIENTO:
Hay que mantener un contacto o lazo continuo entre los responsables de servicios que se ocupan del anciano en el hospital, en las residencias y los domicilios. Lazos entre la hospitalización y los cuidados a domicilio. Lazos entre animadores sociales y grupos de marca o actividades físicas. Lazos entre visitadores domiciliarios y visitadores hospitalarios. Así, los responsables de un sector, siguen a la persona anciana en sus desplazamientos, en sus vicisitudes, creando una unión indispensable.

NOVENO MANDAMIENTO:
Una preparación para el retiro se impone como elemento de educación social y de formación de los espíritus.

DÉCIMO MANDAMIENTO:
Los servicios especializados deben ejercer un control de todas estas actividades, de acuerdo con las direcciones de la acción sanitaria y social.

Los mandamientos de la gerontología social.
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Mandamientos que enunció el servicio de medicina geriátrica de investigaciones médico-sociales en el congreso celebrado en Dijon- Francia.